·"Una receta no tiene alma, es el cocinero quien debe darle alma a la receta".


10/22/2010

Historias del Castillo Santa Catalina.


Todos los castillos tienen sus historias, este en particular tiene una en especial que aquí contamos y relatamos. Son personas, da igual su ideología, su religión, o cuantas cosas forman un ser humano. A sus familias, y allegados que sufrieron en silencio, todo el mal de una época pasada, historia de este país, y que nunca hablando con ellos he visto un atisbo de venganza o pensamientos hacia aquél sistema que les hizo tanto daño, será su religión o sus ganas de vivir, las cuales esta prisión fortaleció, además de crear lazos y fraguar amistades, algunas duraderas durante el resto de sus vidas.
Los primeros casos de objeción de conciencia se produjeron en España a partir de los años 1950 por motivos religiosos, a su vez los testigos de Jehová fueron los primeros sumarios de objetores que se negaban a realizar un servicio con armas, siendo estos condenados por delitos de desobediencia según el código militar de la época, con condenas que iban de 6 meses a 6 años, una vez cumplida su condena de nuevo eran llamados a filas, siendo nuevamente condenados al volver a negarse a realizar el servicio militar, se le llamaba condenas en cadena, a algunos les cayo 20 años.
La población penada durante esa época en el Castillo de Santa Catalina estaba formada, por soldados, guardias civiles y miembros de la policía armada, más algunos suboficiales y oficiales, juzgados por delitos como deserciones, insubordinación, o agresiones a sus superiores. Hubo presos políticos y el grupo más numeroso como fueron los testigos de Jehová.
Muchos de ellos al cabo de muchos años han vuelto a visitar el castillo y me han narrado su historia, o parte de lo que ellos quieren contar, así como un documento gráfico que deja constancia de todo ello, sus vidas, sus familias, sus hijos, al cumplir tantos años de condena, o celebrar una boda y ese mismo día tener que marcharse su esposa y familia.
O trabajar para el régimen que te tenía preso, ya sea montando un taller de joyería, una carpintería, o diversos oficios, algo que les ayudaba a comer mejor y tener sellos de correos y cartas para poder escribirles a su familia.

Este es nuestro pequeño homenaje a todos esto hombres, que penaron, ya sea pon sus ideas o por su religión.

J.A.

3 comentarios:

Charo Barrios dijo...

Es cierto. Todas esas historias han existido, y el castillo de Santa Catalina ha sido testigo de muchas de ellas. Hoy es un centro de cultura, pero no debemos olvidar su pasado militar.

jordi dijo...

Puedo dar fe de esos años de encarcelamiento como objetor de conciencia, junto con unas cuantas decenas mas de compañeros. Es curioso que pese a aquella situación injusta, el corazón de la mayoría esta ligada al Castillo y Cádiz por el hecho de que parte de nuestra juventud se quedó entre sus muros. No hay rencor pues hubo allí experiencias muy positivas dentro de todo. El hecho de que ahora sea un bien cultural y a favor de ésta es de remarcar.

Edalfe dijo...

Yo fui uno de los que estuve en ese castillo, precisamente ayer día 22/10/77 se cumplieron 40 años que salimos libres de allí, por una amnistía. Parece que los que estuvimos presos ese año 1977, que por cierto fuimos los últimos, nadie nos recuerda. Solo se cita este castillo como prisión militar hasta 1975, cosa que no es cierta. Un gran número de testigos de Jehová estuvimos presos por nuestra objeción de conciencia y también otro muchacho que no era testigo de Jehová, en el año 1977.
Precisamente en estos momentos que en este castillo se presenta una exposición sobre los objetores de conciencia presos allí, nosotros celebramos el 40 aniversario de nuestra salida.
Una coincidencia.